Creo en la suerte

¿Has estado con personas que parece que todo les sale mal, que cada vez que platicas con ellas siempre tienen un nuevo problema enorme en su vida por resolver?

Alguna vez, durante uno de los períodos más difíciles de mi vida (apenas tenía suficiente dinero para pagar la renta y para comer), una persona que se las daba de ser vidente y poder leer el aura de la gente me dijo que yo tenía una “torta bajo el brazo” (expresión que se usa en México para describir a alguien con buena fortuna). Esta mujer no me conocía, esa cena fue la primera vez que nos veíamos en la vida.

Unos 10 años antes, durante otro de los períodos difíciles de mi vida, una tía me dijo que yo tenía mucha suerte porque con apenas unos pocos meses de vivir en Nueva York como inmigrante me ofrecieron un “buen” trabajo con un mecánico judío. Durante muchos años esa expresión me rondó la cabeza. ¿En realidad soy una persona bendecida por las estrellas, los ángeles o la buena suerte o fortuna?

Años después, con mayor claridad, sabiduría y experiencia me puse a analizar lo que mi tía me dijo y porque así lo creía ella. Aquí están los pormenores de cómo me ofrecieron ese trabajo:

  • Una de las primeras cosa que hice al llegar a Nueva York fue inscribirme en una escuela nocturna para aprender inglés.
  • En mis ratos libres practicaba lo más que podía escribiendo, leyendo y viendo televisión en inglés.
  • Busqué una iglesia en inglés para asistir los domingos.
  • Mi primer trabajo fue como repartidor, por lo tanto, trataba de practicar inglés lo más que podía con los clientes y fue así como entablé conversación con el judío dueño del taller.

Entonces llego a la conclusión de que sí, fue cuestión de suerte, porque cada quién crea su propia suerte. Suerte es:

¿Qué tipo de suerte te estás creando todos los días?

BHB